Animacion Checa: Jan Švankmajer

Presentando en esta ocasión a Jan Švankmajer (nacido en Praga en 1934); es un artista dispar, complejo, que se ha movido por los terrenos de la gráfica, la escultura, el diseño y la poesía, sin que se pueda adscribir directamente y en exclusiva a uno de estas categorías. Normalmente surrealista, es conocido por sus películas de animación (plato fuerte en la cinematografía checa) y de él se dice que ha influenciado a cineastas dispares como Tim Burton, Terry Gilliam o los Hermanos Quay.

En sus películas, Švankmajer suele trabajar con muñecos (títeres), utilizando la técnica de stop-motion. No obstante, ha empleado también actores reales, máquinas, figuras de arcilla, muñecas antiguas, esqueletos de animales y otras muchas cosas. En conjunto, consigue crear un clima de pesadilla, su santo y seña, lo que no impide que sus filmes sean, al menos en cierto modo, divertidos. Para ello se ha inspirado en las obras de autores literarios como - y no faltaba más- Edgar Allan Poe, Lewis Carroll y Johann Wolfgang Goethe, entre otros. Interesantes influencias. Como dato extra, estuvo casado con Eva Švankmajerová, pintora también surrealista, ceramista y escritora de proyección internacional, que falleció en fecha reciente (2005). Eva colaboró en varias de las películas de Švankmajer, como Faust, Otesánek y Alice (ver videos en el resto del post).

Voy a tratar de exponer parte de su obra, agrupando por décadas sus trabajos. Me parece más interesante que cada cual encuentre su favorito, antes que decidir a priori qué debe considerarse como obra maestra. Comenzamos, pues, por los años 60 del siglo XX. Para entonces, Chequia estaba bajo la estela del comunismo soviético y en el 68 ocurre la conocida invasión rusa a Praga. En este contexto, muchos intelectuales abandonaron el país -por voluntad propia o a su pesar- y otros tantos soportaban con mayor o menor trabajo las limitaciones del régimen, que son creativas, políticas y desde luego económicas. Por ejemplo, de Dalí y su obra se decía que era una “clara muestra del degenerado y decadente arte burgués, lo que nos da una idea de la estrechez de criterios que evidencian los gobiernos totalitarios. Sin embargo, esto no quiere decir que no existiera una actividad cultural importante (los grupos artisticos checos en este período merecen otro post): sólo que es importante no perder de vista las circunstancias concretas en que surge y se desarrolla una obra tan personal como la suya. Aqui vemos, para empezar, Poslední trik pana Schwarcewalldea a pana Edgara (The Last Trick en ingles) y es una pieza del año 1964.The Last Trick”, su primer trabajo cinematográfico, contiene pocos elementos propiamente animados, y más bien se trata de un guiño a George Mèliès (el padre del cine de ficción, y otro gran animador) y sus cortometrajes vodevilescos. Este en particular fue rodado con técnicas propias del Teatro Negro tradicional bohemio, pero ya contenía una buena cantidad de trucajes y efectos de montaje, similares al concepto del “fotograma a fotograma”.


En la filmografia de Švankmajer se apunta una larga lista de cortos, de modo que reseñaré -por ahora- las peliculas: Alice, basado en el libro de Lewis Carroll y una de sus más aclamadas realizaciones (1988); Fausto (1994); Los conspiradores del placer (1996); Otesánek (2000) y Síleni (2005). Sus películas no son fáciles y no son del agrado de muchos, incluyendo los propios checos, según encuesta personal. Pero es parte de una escuela de animación que se ha ganado su puesto a pulso a nivel mundial (con un período de oro incluido), y es necesario reconocerle originalidad a su trabajo. Aqui tenemos otro corto, este del año 1965: Hra s kameny (Un juego con piedras). Este corto es pareja natural formada también por “Johann Sebastian Bach: Fantasia G-moll", ya que ambos son del mismo año y resultan ya curiosas exhibiciones animadas. Estos dos cortos tempranos dejan patente que a Svankmajer la animación le interesa tanto para dotar de vida a objetos que no la tienen, como para transmutar elementos en otros. Luego, a lo largo de toda su carrera, serán muy pocos los trabajos que no contengan como mínimo una parte animada.





Zahrada (El jardin, 1968) es uno de sus primeros trabajos narrativos, es decir, con la intención de contar algo, si bien lo que cuenta no está regido por leyes “lógicas”. Es uno de sus pocos trabajos que no recurren a la animación, de alli su singularidad. Se trata de la historia de dos hombres, que al comenzar el corto están orinando uno frente a al otro en la misma taza en medio del campo, que a continuación cogen un coche y se van a casa de uno de ellos, a conocer a su mujer. Allí, el otro hombre descubre que su amigo tiene una verja de lo más peculiar alrededor de su hacienda, compuesta por una cadena de seres humanos cogidos de las manos. Cuando los dueños de la casa no miran, las personas que forman la verja atienden sus propios asuntos, juegan entre ellos, se relajan… pero cuando el dueño mira, la verja humana vuelve a su rígida posición. El asombrado visitante le pregunta a su anfitrión que cómo mantiene a la verja viviente en su sitio sin que sus integrantes se escapen, y no sabemos qué le contesta el otro al oído que, tras oírlo, el invitado corre a unirse a la cadena de la verja para siempre. En realidad, es más “kafkiano” que surrealista y recuerda mucho al tratamiento visual de algunos trabajos de Luis Buñuel (de hecho algunos consideran a Švankmajer una curiosa mezcla de Disney y Buñuel, si bien el artista y su obra son difíciles de adscribir).


Y para finalizar, este corto llamado The Flat (La bandera), que es del año 1968, de gran importancia en la historia de la República Checa (ocurre la Primavera de Praga).




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