Continuando con el hilo, la verdad es que la duración del período de gobierno es uno de los tantos acuerdos que una sociedad refrenda a través de la Constitución respectiva, quiero decir, es completamente arbitrario y depende del criterio de suficiencia que maneje ese colectivo. En México son 6 anos, lo mismo que Venezuela y Chile; Argentina y Colombia acuden a elecciones presidenciales cada 4; y 5 en Bolivia, Paraguay y Peru. En general no hay una norma definitiva, de modo que es justo preguntarse: por cuánto tiempo es saludable la permanencia en el poder de un sólo hombre?. La respuesta es tan obvia, que no pocas veces pasa desapercibida: depende del poder que maneje el presidente y el grado de responsabilidad penal que la propia Constitución establezca para sus funcionarios (quiere decir, qué tanto poder le damos y de qué lo hacemos responsable).

En paises como Bolivia y Peru, se exige a los funcionarios públicos la rendición de cuentas de bienes patrimoniales antes de asumir el cargo. Algo parecido ocurre en Paraguay, que incluso extiende la obligación de rendir cuentas "a quienes reciban remunaraciones permanentes del Estado", antes y después de ejercer el cargo. En Ecuador, un articulo realmente conmovedor senala que no "habrá dignatario, autoridad, funcionario ni servidor público exento de responsabilidades por los actos realizados en el ejercicio de sus funciones" (esperemos que este articulo no lo enmienden un dia de estos). En Venezuela, el ejercicio del poder público supone -literalmente supone, es decir, SE SUPONE- responsabilidad individual "por abuso o desviación de poder"..(pero no se establecen claramente los mecanismos para activar una denuncia). Desde luego, cada texto constitucional establece con más o menos claridad ciertas atribuciones.

El punto es este: si las funciones de un presidente estuvieran perfectamente acotadas y sus competencias no fueran tantas, si existieran mecanismos ciudadanos de control (y no hablo, aunque debería, de los poderes institucionales) para la gestión del gobernante, mecanismos efectivos y no retóricos, accesibles a la totalidad de los gobernados, si se evidenciara un contrapeso efectivo de poderes, si existiera descentralización, delegación de tareas, repartición del poder en cuotas cada vez más accesibles a los ciudadanos...bien, si en este contexto es capaz de llevar adelante una buena gestión, yo apoyaría su reelección cuantas veces pudiera antes de que se lo lleve la parca, a él o a mi. Por que no? Estamos hablando de una democracia madura, no exenta de problemas, pero se me antoja que mucho más dialógica que impositiva, con unos ciudadanos reflexivos, politicamente maduros y emotivamente controlados en función del bienestar colectivo.

Pero, si el presidente incumple sus funciones, las hace mal, se inventa otras, comienza a hacer lo que le corresponde a otros, se apodera de las instituciones y las convierte en una sucursal de su propio partido político, no trabaja en función de proyectos sino de ocurrencias, improvisa constantemente, se muestra reiterada -enfermizamente- violento y obsesivo, comienza a perder las buenas ideas, se pelea con todos los sectores del pais (incluyendo el productivo), estimula en la sociedad lo que está llamado a combatir -violencia, sectarismo, intolerancia, confrontación-, controla buena parte del aparato mediático y ejerce en suma, un poder desmedido (pudiendo, como efectivamente ha hecho, gobernar por decreto)..yo no podria estar de acuerdo jamás en que un gobernante asi se postule ad náuseam para un cargo en donde yo quizá necesite un tipo más comedido y menos histórico. Es demasiada responsabilidad. Yo no podria, haciendo uso de mi pequena cuota de responsabilidad ciudadana, delegar en sus manos la tarea de conducir el pais, luego de esta ya larga experiencia de diez anos (y los que faltan).

Temo que no existe en Venezuela ningún mecanismo ciudadano para poner freno a esta locura. Todas las instituciones son rojas, rojitas -y eso se celebra como una ocurrencia simpática-. Y ahora, quién podra defendernos? Nuestros votos? Creo que al enfurecido presidente no le caerá en gracia un sólo voto en contra. Comenzarán a trampearnos las elecciones. Se obligará a cada funcionario público, como ya ha pasado, a concurrir indignamente a votar incluso en contra de su voluntad, so pena de perder el trabajo -lo se, esto lo conozco, esto lo vi y no lo lei...me parece cuando menos repugnante que un funcionario que gana cinco o seis veces mas que una secretaria del cuarto piso, la obligue a apoyar marchas y gritar consignas a favor de un gobierno que no vacilaría en cesarla y dejarla sin el humilde trabajo que le da de comer, a si misma y a su familia-. Comenzarán, como ya está pasando, a repartirnos "gas del bueno". Las armas que le dimos para defendernos, están ahora en manos de grupos fanatizados que sólo esperan el momento para caernos a plomo, a cuenta de proteger sus "derechos". Temo que no hay transición pacífica posible y sin ser brujo, veo un desenlace triste y sangriento en todo esto..porque adónde, si no, conduce toda esta arenga guerrerista y belicosa que por diez anos nos ha metido de cabeza en una guerra fraterna, en nombre de..? Hay demasiada impunidad, corrupcion, sinverguenzura, intereses mezclados..pero lo que se llama revolución..

Quién pondrá, pues, los próximos muertos -tristemente, no los primeros-; de quién será la sangre? Serán los hijos y familiares de los que ahora nos gobiernan? Serán ellos, ministros y jefes de la revolución, marchando desprendidamente al frente, hombro con hombro con el pueblo? Es que de verdad vale la pena esta locura? Tanto como para permitirte morir, o ver morir a los tuyos?


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